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Erika García

Actualmente, trabajo en Everis para el BBVA. Mi experiencia del CET es sobretodo lo que el CET aporta desde la perspectiva profesional.  Para empezar, haber vivido y trabajado en un CET me sirvió para que me llamaran para la entrevista: el CET te da una apariencia de madurez y responsabilidad que te ayuda en ese primer paso.

Con el trabajo en el CET llevas mucho adelantado. Has desarrollado durante al menos los años que has estado allí muchas habilidades profesionales de las que se buscan en las empresas. Habilidades que son válidas para cualquier tipo de trabajo.

Ya has aprendido a tener paciencia, a no desesperarte a la primera cuando no te sale algo. Creo que tenemos ganado ese punto “extra” de tener recursos, de buscar un plan b con más facilidad.

En cuanto al trato con los compañeros también ayuda. En el CET todas teníamos 18 añitos, así que ahora cuando te viene alguien así lo sabes afrontar, tener paciencia y sabes cómo y cuando decir las cosas. Como te han formado a ti en el puesto de trabajo, sabes como puedes formar al que viene detrás.

Y en cuanto al manejo del tiempo, cuando trabajas concentrada lo estás al 100%, y eso viene de esos años. En tus estudios- yo estudié en la UPV en San Sebastian- no podías dedicarte ni un rato a perder el tiempo: o ibas a tope, con intensidad, o las cosas se quedaban sin hacer. El tiempo rinde más.

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